…Ahora hablamos menos que hace veinticinco años (tenemos menos tiempo y quizá menos cosas de las que hablar). Los dos sabemos que los equilibrios son cada vez más delicados y las búsquedas casi no son necesarias, ya lo sabemos casi todo; o más bien, no esperamos gran cosa de nada. Todo está decidido y asumido, y no me refiero a cuestiones esenciales, sino a que no es probable que a estas alturas vaya a cambiar nada que tenga que ver con nuestro lugar en el mundo (ni maldita falta que hace). Uno de los recuerdos más apreciados que tengo de nosotros (con todos mis amigos, pocos, guardo en mi memoria momentos que creo más especiales que otros), eran las tardes que pasábamos sentados al sol, tomando café y charlando interminablemente. A veces también en tu casa, como el día que te hice esta fotografía. Era mediados de los años ochenta, nos interesaba mucho lo que para nosotros era pasarlo bien. Aquellas tardes fueron muy gozosas, compartiendo afinidades y secretos. Así se forjan y perduran las amistades esenciales…
11 MARZO 2009
© 1985 pepe fuentes