…Tengo un recuerdo muy especial de cuando, todavía jóvenes, nos acompañábamos desde el trabajo al barrio, a mediodía. En esas caminatas hablábamos de todo: política, diversión, trabajo, amores, arte, sueños e ilusiones. En fin, creo que en aquel tiempo, establecimos un entramado tupido en el que nuestra amistad se hizo prácticamente indestructible: se forjó con cariño y a lo largo de mucho tiempo. Como era un poco mayor que tú, inconscientemente adoptaba el papel de conductor ideológico, un rasgo de carácter por mi parte que he reproducido a lo largo del tiempo en otras ocasiones y que ahora detesto, por vanidoso e ignorante. No obstante, tú pusiste distancia con mi absurda pretensión de señalar caminos que ya no es que no conociera, sino que ni siquiera vislumbraba realmente. Maldita ignorancia…
21 MARZO 2009
© 2008 pepe fuentes