Tengo varias fotografías del desconocido individuo que, además de la cámara, llevaba varias revistas debajo del brazo. Me pareció que tenía pinta de ser un «plasta» de tío. Seguí detrás de él un rato; además se me ocurrió hacer juegos como, por ejemplo, calcular su posible itinerario, y esperarle en sentido contrario para pillarle de frente y fotografiarle. Nada, no me salió bien ni una sola vez: me quedaba esperando que apareciera doblando la esquina que yo vigilaba atentamente hasta que me cansaba y me iba, porque el escurridizo individuo nunca aparecía, así que me conformé con fotografiarle siempre de espaldas. Si me hubieran encargado el trabajo detectivesco de demostrar que ese hombre era culpable de deambular toda la tarde por una feria de arte, en vez de ocuparse de cuestiones serias, no me habría ganado los honorarios. Qué desastre, últimamente no consigo hacer nada medianamente bien.
26 ABRIL 2009
© 2009 pepe fuentes