Dieciséis de abril: carrera sofocada a ver la exposición de Francis Bacon antes de que la recojan y se la lleven. Voy muy expectante: creo que me va a gustar. Me interesa mucho Bacon: como artista y como inconformista, como hombre que necesitó ir más allá; hasta donde su genialidad inimitable le empujó. La voluntad creadora la pueden tener muchos, quizás más de los que se puedan imaginar, pero el talento y la singularidad trascendente, sólo unos cuantos, muy pocos. Llevaba la cámara, pero me había olvidado del propósito fotográfico. Ante la falta de ideas, me dejo llevar perezosamente por la casualidad y la sorpresa: porque no es mala cosa esa del azar.
«Creo que el azar y el accidente son las cosas más fértiles a disposición de todo artista». Francis Bacon