Después de fotografiar un rato en la puerta entré. Antonio Muñoz Molina, decía que fue a ver la exposición casi con la seguridad de que no iba a gustarle; yo, sin embargo, fui con la certeza de que me encantaría. Él reflexionaba que la obviedad de Bacon quedaba para intelectos poco trabajados todavía, para la juventud, por ejemplo. Sin embargo, a él como a mí (que sí me entusiasma Bacon, y me gustaría pensar que es porque aún me mantengo joven de espíritu), le impresionó: Estudio del cuerpo humano, de 1949, en el que un hombre desnudo, de espaldas, se adentra en un espacio oscuro y desconocido a través de unos cortinajes. Yo, nada más empezar a ver la exposición, me quedé paralizado frente a ese lienzo durante un buen rato. Uno de los aspectos que más me gusta de su obra es el arriesgado juego que mantiene siempre entre los que podrían considerarse estilos definidos…»es una especie de paseo en la cuerda floja entre lo que se llama pintura figurativa y abstracción. Sale directamente de la abstracción pero no tiene nada que ver con ella- Es un intento de llevar lo figurativo al sistema nervioso de forma más violenta y más incisiva. Francis Bacon
13 MAYO 2009
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