La vida empieza a los cincuenta años, es cierto; con la salvedad de que termina a los cuarenta. Michel Houellebecq
Parafraseando a Houellebecq: cada día me enfrento a esa estúpida realidad, sin saber cómo perdonarme por los cuarenta perdidos, y sin tener la más remota idea de qué hacer para reparar a los cincuenta todo el daño que me he infligido en todo el tiempo pasado. Es una carrera desbocada huyendo del aliento de la decrepitud que me pisa los talones y que además sé que me alcanzará. Es una batalla perdida. No hay escapatoria, maldita sea.