Acabo de leer En la frontera, de Cormac McCarty. Sobrecogedora. No es preciso decir más. Forma parte de una trilogía en la que unos seres heroicos, crepusculares y conmovedores en su inmensa humanidad, se mueven en un territorio duro y fronterizo. Su único propósito es el de vivir en completa libertad, alejados de cualquier seguridad o certeza, salvo la de vivir frente al vasto horizonte donde la única dirección señalada es la de su instinto de supervivencia. Saben que están abocados a morir pronto pero eso no les detiene, no les hace buscar la protección de ningún abrigo seguro. Sólo cuentan con la tierra, sus caballos y el cielo bajo el que duermen cada noche. Su seguridad es su incesante movimiento, aunque siempre al borde del abismo; sin ese vértigo no pueden vivir. La primera historia se titula -Todos los caballos hermosos- . La leí impresionado, pero curiosamente no hizo que me lanzara con avidez sobre la siguiente: la que acabo de leer con impaciencia para comenzar la tercera. La atracción de la historia me ha hecho olvidarme de recoger citas, ejercicio que tanto me gusta; me di cuenta en las páginas finales y no necesité buscar, enseguida aparecieron por doquier: «El gitano dijo… que el estratega no confundía sus estratagemas con la realidad del mundo pues ¿qué sería de él entonces? El mentiroso debe, en primer lugar, saber la verdad, dijo. ¿De acuerdo?» Cormac McCarthy
27 JULIO 2009
© 2007 pepe fuentes