«Estos son los que se pasan en mutua compañía su vida entera y ni siquiera podrían decir qué desean unos de otros. A ninguno, en efecto, les parecería que ello era la unión en los placeres afrodisíacos y que precisamente esta es la causa de que se complazca el uno en la compañía del otro hasta tal extremo de solicitud. No; es otra cosa lo que quiere, según resulta evidente, el alma de cada uno, algo que no puede decir, pero que adivina confusamente y deja entender como en enigma…
8 AGOSTO 2009
© 1984 pepe fuentes