…También había personajes subidos a sillas situadas cerca del techo, otros encaramados a balcones, enanos, otros que parecían formar parte de una coreografía imposible atrapados en abultamientos informes que les impedirían moverse. Parecían formar parte de una gigantesca compañía teatral que representaba, incesantemente, el malestar del mundo. Son personajes que cuentan una historia; o más bien son los instrumentos o portadores de la historia que cada uno quiera contarse, y lo son porque cuando te colocas frente a ellos sientes, que desde su desasosegante estatismo, dicen cosas que te aluden. No hay escapatoria posible frente a ellos. Además, ríen y ríen y nunca sabemos de qué o por qué lo hacen. Pero yo seguía sin conseguir hacer una maldita fotografía, aunque poco a poco fui cogiendo confianza…
18 AGOSTO 2009
© 2009 pepe fuentes