…Otra cosa que se me ocurrió es contar la historia del día cuatro de julio, tan caliente (por el sol) en dos capítulos: cámara grande y pequeña. Como no trabajé en esa idea de inmediato, se me perdió en el laberinto de mi desatención (me pasa con frecuencia). No obstante, prestaré atención a qué cámara hizo qué, a ver si así me entero dónde radica la diferencia entre la mirada de una y de otra. Para ayudarme, he colocado las fotografías alternativamente: la primera (día uno) es de la grande, la segunda (día dos), de la pequeña, y así sucesivamente hasta el día nueve que creo que acabará el relato de la tarde de calor. Lo digo por si alguien tiene la misma curiosidad que yo. No hubo intención en la elección; la mayoría de las veces fue un hecho circunstancial: en el momento de fotografiar era la que tenía entre las manos. Así de frívolas e impremeditadas pueden ser las cosas…
3 SEPTIEMBRE 2009
© 2009 pepe fuentes