CARTA A LUCIA MAE II. Hoy llegas a los dos años. Seguimos a varios miles de kilómetros de distancia. Como no es fácil que te acuerdes de que este verano hemos pasado unos días juntos, te contaré como te he visto después de un año. Nada más encontrarnos, te escondiste detrás de las piernas de tu madre; creo que te habían dicho quienes éramos Naty y yo, pero aún no podías comprender hasta donde llega nuestro vínculo. Poco a poco fuiste perdiendo la extrañeza y enseguida empezaste a reírte y a jugar con nosotros. Nos enseñabas y ofrecías tus juguetes y tus libros; era tu forma de mostrarnos tu confianza y simpatía. Tu mirada era intensa e inquisitiva; parecías decirnos con tus ojos: ¿qué tenéis que contarme? ¿queréis ver todas las cosas que tengo y que me gustan? ¿jugaréis conmigo? ¿realmente sabéis de algo, o sois unos bobos que sólo habéis cumplido años? Debías contestarte, muy probablemente: -aunque no consigo entenderos del todo y no os conozco todavía, os daré un margen de confianza y os aceptaré siempre y cuando me caigáis bien. Dependerá de cómo os portéis. Tengo muchas cosas que hacer y aprender, y, además, están mis padres, a los que conozco desde siempre, me cuidan y además me gustan-. Así te vi, inteligente, vital, incansable, alegre y ya con síntomas de un carácter prometedor. También generosa y tierna; todas tus cosas las compartías con nosotros, y por lo que vimos y nos contaron tus padres, también con otros niños. Deseo que el tiempo y la experiencia te vayan dotando de prudentes estrategias defensivas, porque el mundo no es un territorio fácil y no todas las personas merecerán tu confianza y generosidad. Ojala viva lo suficiente para que me enseñes algunas de las cosas que aprendas, porque yo, tu abuelo, aún no he conseguido saber gran cosa de casi nada. Hablaremos de eso y de otras muchas cosas en el futuro, seguro. También quiero decirte, Lucía, que a Naty y a mí, nos encantó verte y que nos gustaste mucho. Sentí la íntima satisfacción de intuir, o más bien saber, que eres y serás una guapísima e inteligente niña y, con el tiempo, una bellísima y cultivada mujer. Felicidades Lucía Mae y hasta muy pronto…
23 OCTUBRE 2009
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