Tengo la intención de continuar realizando y publicando aquí más Microviajes. Me gustan. A estas alturas supongo que ya el mundo sabe en qué consiste un Microviaje de pepe fuentes (ayer di la noticia del nuevo libro en este diario). El dieciséis de octubre emprendí uno, temprano. A pesar de que me entrego a esa experiencia con ganas, no siempre me sale bien. El de ese día creo que fue un desastre; o tal vez no (quizá sea prematuro evaluarlo porque estoy empezando a contarlo, pero tengo algunos indicios). De vuelta, observé con fastidio que en algún descuido se había metido en el coche la decepción de ese día. Se empeñaba en hablarme: -no has conseguido hacer nada mínimamente interesante; además no te has concentrado lo suficiente. Eres una catástrofe, un inepto; ah, y de artista, nada de nada, tío- Yo conducía y procuraba pasar de ella. Pensaba que era viernes y que a la caída de la tarde iría a la inauguración de una exposición, que no me importaba mucho pero que suponía que me entretendría y, por si fuera poco, por la noche nos iríamos por ahí, de «marcha«. Es lo que tienen los viernes, que a falta de inspiración, siempre queda el calor de los bares hasta muy tarde. Mañana lo sigo contando…
2 NOVIEMBRE 2009
© 2009 pepe fuentes