…En cuanto a los transeúntes en general: nadie me hizo ningún caso. Bien es verdad que yo me mostré distante e indiferente. Inadvertidamente, llegué por tercera vez a una misma plaza. Era el momento de largarme inmediatamente. Llevaba cuatro horas dando vueltas y vueltas y mi euforia de primera hora ya se había ido hacía bastante tiempo. No era fácil que la alcanzara…
24 NOVIEMBRE 2009
© 2009 pepe fuentes