La ineludible dependencia mecánica y reproductiva de la fotografía hace que me irrite y enfade con ella. Esa ofuscación hace que a veces me olvide del valor que siempre ha constituido su grandeza: «El fotógrafo puede obtener una gran sensación de realismo, lo que creo que es terriblemente importante. Es la fuerza de la fotografía. Por realismo quiero significar que la luz con que uno ve una cosa, es la luz con la que se fotografía esa cosa. Ningún otro medio expresivo puede decir eso. Y eso se hace más real para el espectador porque sabe que eso es auténtico…» Wynn Bullock. El problema aparece cuando se quiere superar la evidencia y el testimonio directo, plano, realista, brutal casi. La óptica, los soportes y los procesos físico químicos no ayudan; sin embargo, la luz, el deseo y el azar, sí. También las viejas cámaras (ellas saben mucho). Dice Bullock: «…pero el fotógrafo no posee el mismo control absoluto en esa zona del simbolismo». Y qué? Además, esa es la clave del ser o no ser: trascender supuestas realidades, con medios realistas. Premisa personal: la realidad sólo es aparente.
8 DICIEMBRE 2009
© 2009 pepe fuentes