…Después de algo menos de una hora, decidí marcharme con intención de ir acercándome donde pretendía: las escaleras del Miradero, recién terminadas. En mi adolescencia las subía y bajaba con frecuencia. Luego, las cerraron durante treinta años (más o menos), hasta ahora. Siempre me gustaron. Estaba ansioso porque las abrieran de nuevo. Llegué cuando aún no se había hecho de noche, así que me senté en el pretil que cierra la escalera hacia el pronunciado desnivel que se precipita hacia la carretera. Esperar la noche con una temperatura otoñal agradable es un inmenso placer. Me abandoné a la inconsciencia desordenada y tranquila. La señal para empezar a fotografiar era que las farolas se iluminaran…
3 ENERO 2010
© 2009 pepe fuentes