…Ya era noche cerrada cuando llegué a otro punto de la ciudad; esta vez en el centro. El lugar es nuevo. Se puede ver por fuera, pero no por dentro (creo que aún no lo han terminado). A plena luz del día resulta una construcción equilibrada y original; irreprochablemente diseñada y trabajada, de una belleza austera y sugestiva. Sin embargo, por la noche, las sensaciones cambian y la claridad y pulcritud se transforman en inhóspitas y desangeladas: las líneas y voladizos se pierden en la negrura, los volúmenes componen espacios fríos e inquietantes, las aberturas a ninguna parte en sus muros completan una escenografía desapacible. En ese escenario fantasmal las figuras, ateridas, se perdían presurosas, succionadas por escaleras y ascensores.
22 ENERO 2010
© 2009 pepe fuentes