El nombre, –Habitación de retratar-, tiene una doble acepción; la descripción física donde tiene lugar el hecho: una habitación, siempre la misma, donde se retrata fotográficamente; y otro, más inconcreto o inaprensible: espacio dónde se habita en el retrato, o habitación para habitar o ser. Momento en el que fotógrafo y fotografiado -son- en un mismo espacio y tiempo; lugar y momento mágico de reconocimiento físico y emocional. Para quien lo quiera, claro. Digo esto porque sin retratado no hay retrato. Obviamente, necesito personas que se presten a ser retratadas y además que lo deseen. He invitado a algunos conocidos a mi habitación de retratar…
11 ABRIL 2010
© 2010 pepe fuentes