12 ABRIL 2010

…Algunos de los convocados son como el Artemidoro de Ángel Olgoso: «La timidez, hermana de la melancolía y la comodidad, fue en vida el atributo más arraigado del señor Artemidoro«. Por lo tanto he decidido (para conjurar la decepción de las llamadas desatendidas), dividir a los conocidos que he invitado a mi –habitación de retratar– en dos grupos: los que han dicho que NO, o sencillamente han pasado de mí, y que de aquí en adelante se llamarán Artemidoro (porque será la fase previa al olvido) y los que han dicho que SÍ, que tendrán presencia y nombre que permanecerá siempre…
«Para él (Agamben), incluso si la persona fotografiada estuviera del todo olvidada, incluso si su nombre estuviera borrado para siempre de la memoria de los hombres, incluso a pesar de todo eso -o, quizás, precisamente por todo ello-, esa persona, ese rostro exige su nombre, exige no ser olvidado» Enrique Vila Matas