…El día dos de este mes dije que no habíamos ido a la distante ciudad, pero no fue así: fuimos. Este diario, casi siempre, es un mecanismo que altera el orden sucesivo de los hechos y del tiempo. En el largo viaje nos acompañó una hermosa y brumosa luna, siempre a la derecha según íbamos. Apenas cruzamos palabra porque la somnolencia nos aplastaba contra los asientos. Llegamos poco antes de las siete de la mañana. Iniciamos la dura ascensión hacia las zonas altas de la ciudad, entumecidos y helados; aunque la belleza de la ciudad y el ruido de tambores lejanos nos zarandeaban con impaciencia. Pequeños grupos de gentes se movían silenciosamente en direcciones contradictorias. Otros se agolpaban en las aceras y esperaban…
21 ABRIL 2010
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