Veintidós de abril, jueves, día en el que ir a Viena era inexcusable. Ciudad majestuosa, bellísima y misteriosa. También propicia para el arte: el espíritu de tantos artistas que han vivido allí permanece latente. Uno de mis escritores, Arthur Schnitzler, nació y vivió en Viena. Escribió: Relato Soñado, visionaria y enigmática novela, en la que se basó Stanley Kubrick para realizar Eyes Wide Shut, una de sus mejores películas (todas fueron insuperables). Viena, perfecta para viajar en jueves, naturalmente. Llegamos a las cinco y media de la tarde. Dimos una vuelta, cenamos, tomamos unas copas en un bar moderno y ruidoso y nos retiramos al hotel. No ocurrió nada más…
11 MAYO 2010
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