El proyecto -habitación de retratar- sigue en marcha. Evoluciona prometedoramente, aunque no sea fácil hacer coincidir la disponibilidad del fotógrafo (yo, claro) y de los posibles fotografiados. Desde la última anotación en este diario sobre –la habitación-, el dieciocho de abril, han venido seis personas más. Una de las premisas de las que parto es que todas las personas, sin excepción, tienen una historia que contar a la cámara; luego todos los que pasen por -la habitación- y crean en el acto fotográfico de ser retratados, serán parte esencial del proyecto. Asumir el hecho en sí, con todo el ritual que requiere un retrato singular, es una de las condiciones necesarias para que el retrato fotográfico tenga sentido y profundidad. Luego, se puede acertar o no, depende de la pericia del fotógrafo (yo, otra vez), pero sin la voluntad del retratado no habrá retrato. Será un hecho banal, sin ninguna importancia. Creo que todo esto lo he dicho ya. Me estoy repitiendo. A lo que iba, esta es una de las seis personas que han aceptado mi propuesta últimamente…
Samuel se mostró confiado, concentrado y espléndido ante la vieja cámara grande…
20 MAYO 2010
© 2010 pepe fuentes