31 MAYO 2010

Crónica de los Lunes VI (segundo ciclo). Prólogo: las fotografías que acompañan estas intermitentes crónicas son aleatorias, metafóricas o quizá simbólicas. Probables o improbables, depende cómo se mire. Están unidas a la experiencia por un fino hilo que se teje en mi subconsciente, o tal vez consciente, y tienen una coherencia cierta; crónica e imagen han salido del mismo sitio: yo mismo. Las fotografías aparecerán en bloques de cinco: ha terminado el primero e inicio el segundo, que será de Seminaristas, con carácter o sin él, eso dependerá de lo que cada uno interprete; y estoy pensando en Focas para el siguiente. Ambas son temáticas tan apropiadas como absurdas para este asunto de Las Crónicas: -El chico boxeador celebraba el domingo el cumpleaños de su sobrino-. -El fotógrafo polaco me dijo que no me había vestido adecuadamente; que debía haberme puesto una camisa en vez de la estupenda camiseta que llevaba; le miré fijamente intentando averiguar en qué punto de su insignificante apariencia se encontraba su insospechada y asombrosa inteligencia; y, como no conseguí averiguarlo, le dije que tenía razón-. -Érase un individuo que hablaba siempre como si fuera muy divertido y no, no lo era en absoluto; más bien era un perfecto imbécil-. -Nuestro amigo A., nos recibió con un cariñoso abrazo-. -El fin de semana empezó en jueves con retratos y siguió el sábado con más retratos-. -Los viernes son días sin retratos, sin embargo son propicios para encuentros  inesperados: la mujer búlgara del año pasado; los andaluces desconocidos; el holandés que no quiere enterarse de nada; la mujer portuguesa de hace tres años; los alemanes que desconocían la geografía española; los guapos displicentes; y nosotros que tampoco nos esperábamos pero que, aunque tarde, y también guapos, por supuesto, finalmente llegamos-.