Cinco de Junio VII: el raro equilibrio de una fotografía, el único que me interesa, nunca está en los aspectos obvios, narrativos; a pesar de estar apegado a un cierto naturalismo o clasicismo formal, no creo ser un fotógrafo descriptivo. Por otro lado, el foto-reportaje (tanto el informativo como el conmovedor), o la fotografía con «mensaje» (generalmente univoco y simplista), no tiene ningún interés para mí; es más, me desagradan profundamente por espurios, y por traer consigo el germen de interpretaciones ajenas a la fotografía como expresión equiparable a cualquier otro lenguaje de creación plástica indiscutible. La fotografía o es libre y poliédrica, compleja y profunda (en definitiva, la proyección del ser más genuino del fotógrafo), o sólo será un simple documento, un acta, un certificado, una solemne tontería, o quizá sólo una tontería prescindible. Pretendo que mis fotografías comiencen justo cuando se han identificado los elementos que aparecen en ellas, y que sea ese el preciso instante donde comienza la historia y no donde acaba. Creo que la importancia de la fotografía siempre radicará en «esa otra cosa que está, pero que no está; en lo que señala, pero no muestra»…
22 JULIO 2010
© 2010 pepe fuentes