Ayer intenté escribir la segunda parte de –lo que (creo) he dejado atrás en fotografía-, que, obviamente, debería ser –lo que deseo hacer en fotografía-, así, sin ambivalencias, condicionantes o titubeos; pero, sospechosamente, me salió otra cosa. Cuando me pongo a pensar mis deseos (mal asunto, los deseos no se piensan), y además a escribirlos, el pensamiento, a veces, me juega malas pasadas; se escapa de mi control y se adentra por senderos inexplorados, peligrosos y hasta minados. No me parece mal un cierto descontrol, si me ayuda a ver algo de claridad…
24 AGOSTO 2010
© 2008 pepe fuentes