…El dios (o dioses) de la fotografía (en mi caso sólo podría ser Eros, o algún otro u otros de parecidas inclinaciones), a veces me protege y otras me olvida. Como a todos, supongo. El caso del feliz encuentro con el Castello Reale Di Aglié, se produjo gracias a él o a ellos que nos llevaron, porque habíamos elegido otro sitio y fue inexplicable encontrarnos en ese maravilloso Giardino solitario, repleto de fantásticas y misteriosas fotografías, sin saber cómo había sucedido…
11 SEPTIEMBRE 2010
© 2010 pepe fuentes