El VIAJE: un espía en acción I. El individuo salió de un establecimiento y durante un buen rato comprobó, absorto, lo que parecían resguardos de apuestas. Suyas, supongo. Las tiró a una papelera cercana, volvió al establecimiento de apuestas y salió con más papeletas que siguió mirando ensimismado. En ningún momento, durante los largos minutos que permaneció allí, solo, de pie, con la vista fija en sus papeletas, pareció enterarse de nada de lo que ocurría a su alrededor. Mientras, parapetado en una columna y protegido por la desatención del jugador, el espía siguió sus movimientos…