Viajar es, sobre todo, ejercitar la mirada y si es posible, retener lo visto o quizá lo entrevisto fotográficamente, si uno se siente concernido por esa actitud/actividad. En una entrevista reciente García Alix (le cito porque es un fotógrafo que me interesa mucho) decía: «He educado los ojos, la mirada. Ahora es mucho más reflexiva, más consciente, a veces más abstracta, menos ingenua, mucho más intencionada». A mí me gustaría que me hubiera pasado lo mismo que a él. Ser un tipo con la mirada, o más bien la visión, educada y con percepciones complejas y personalísimas. También intencionada, cómo no. Desgraciadamente no puedo afirmar categóricamente lo mismo. Sí sé que la reflexión no es uno de mis puntos fuertes y, consecuentemente, tampoco la consciencia. Sin embargo, esta fotografía, que me gusta mucho, creo que es consecuencia de la educación de la mirada; quizá de un automatismo incontenible (poco reflexiva), algo abstracta, escasamente ingenua y desde luego, muy intencionada. Pregunta: ¿llegaré a ser algún día tan interesante como Alberto García Alix?
11 OCTUBRE 2010
© 2010 pepe fuentes