…Qué casualidad, en la selección azarosa, para hoy, ha tocado esta otra fotografía que otro día también pasó por el «porta» de mi ampliadora Beseler 23CII. También me gusta, claro. El positivado conllevó algunas dificultades (negativo contrastado y muy crítico en cuanto al equilibrio de luces y sombras), pero finalmente obtuve dos copias satisfactorias (para mí, claro). En este asunto de realizar fotografías que no espera nadie y por las que nadie pagará (que yo conozca, al menos por el momento), uno decide cuándo parar o hasta dónde quiere llegar en el esfuerzo de hacer. Ese momento es justamente donde uno cree alcanzar un razonable equilibrio entre esfuerzo y satisfacción, o mejor placer (es una palabra más lúdica, es decir, placentera). Naturalmente, la paranoia se puede llevar muy lejos y mucho más allá, como es mi caso, por cierto (en torno a diez horas diarias dedicado a echar agua al río, y así durante años y años). Pero claro, es todo tan absurdo.
El escritor no tiene nada que esperar de los demás. Créame, ¡sólo escribe para él! Julien Gracq