Nueve de octubre. Amaneció un día de lluvia intensa. A las nueve de la mañana salieron los hermanos, junto con Yuki y Victor, Onuma (también pintor japonés) y su mujer, y Lula, amiga alemana, a esparcir las cenizas en un espacio natural donde también están las de Masao. Fue voluntad de Harumi que así fuera. No les acompañamos por motivos circunstanciales…
Fotografía: escultura de Harumi Shimono (1975)