Veintitrés de Octubre II. Pasamos todo el día, hasta las nueve de la noche, analizando y clasificando documentos. Nos abstraíamos en cada una de las carpetas. Avanzábamos lentamente. Muchos de los papeles, que abarcaban desde Septiembre de mil novecientos setenta y tres hasta el mismo mes de dos mil seis, ya carecían de valor, o al menos eso pensábamos. Otros, los guardábamos como oro en paño; todos aquellos en los que hubiera la más mínima huella de creaciones: bocetos, dibujos o cuadros inacabados, notas, diarios, tanto de Masao como de Harumi. Los cuadernos de texto de Harumi, algunos de ellos diarios personales, se los llevó Yuki para revisarlos, porque existían bastantes textos en grafía japonesa. Harumi, en muchas ocasiones, escribía en ambas lenguas: hoja izquierda japonés, hoja derecha español. Hoy, dos pequeñas y frágiles esculturas de Harumi, que aparecieron en el fondo de una caja y que da la impresión que abandonó sin terminar.
22 NOVIEMBRE 2010
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