…Recolocando mis fotografías en series, al llegar al capítulo de Retratos, y observando a las personas que he fotografiado, se me ocurrió un título posible para una de ellas: –El peso del mundo-. No sé qué parte hay en ese título del recuerdo del viejo libro de Handke; conscientemente ninguna, me parece, porque la «inspiración» del título ha sido más sencilla: la certeza de que sobre todos nosotros gravita, abrumadoramente, el mundo con todas las pesadumbres propias del hecho de vivir. Después, la memoria me ha dejado entre las manos aquel libro. Al hojearlo he tenido la impresión de que las frases cortas y precisas seguían resonándome como hace tantos años (por ejemplo: «Odio a la gente que se hinca las gafas de sol en el pelo». Peter Handke). A continuación una idea tentadora y excitante: seleccionar algunos de los retratos (todos realizados en la habitación de retratar), y asociar a cada uno de ellos algunas de las entradas del diario de Handke. Probé a colocar juntas imágenes y frases, rápidamente, como si de un ejercicio de prestidigitación se tratara. Enseguida me di cuenta que la elección de frases apenas si tenía que ver con la idea que tenía del retratado. Rehíce el ejercicio buscando algún nexo de unión entre alguno de los rasgos del fotografiado, aunque sólo fuera una lejana sugestión; física o caracterológica. Tampoco funcionaba. El problema es que seguía creyendo que la idea era buena…
7 MARZO 2011
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