Anoche lo pasé estupendamente viendo en televisión la película -La red social-. Una historia perfectamente narrada e interpretada. Me resultó gracioso observar que el motor de arranque de Facebook fue una cierta frustración sexual, o dicho de otra forma, los creadores buscaban una nueva forma de ligar y tener sexo. Ese fue el origen, luego vino todo lo demás. El sexo mueve el mundo, sin duda. Ahora, hay cientos de millones de personas enganchadas al asunto. Me pregunto ¿será porque no tienen todo el sexo que necesitan? No tengo ni idea. No estoy apuntado a Facebook, ni creo que lo esté nunca. Tengo mis razones, y una de ellas es porque estoy sexualmente satisfecho. No siento carencias en esa imperiosa necesidad. Aunque tengo una pregunta razonable, dado que me gusta mucho el sexo: ¿podría tener más del que tengo? La respuesta no me atormenta; además, en caso de duda siempre podría sublimar apuntándome a Facebook. También me pregunto: ¿estos individuos tienen el sexo que necesitan o estarán enganchados a Facebook? Tampoco me preocupa la respuesta…
5 MAYO 2011
© 2007 pepe fuentes