Ahora estoy «positivando» exactamente como lo hacía hace treinta años. Los negativos siempre, o casi siempre, los interpreto de igual modo, luego eso no es el aspecto capital. Lo importante es cómo selecciono y concibo las fotografías que decido copiar. Mi mundo estético no ha cambiado apenas. Mi registro abarca diez o doce temáticas distintas, pero supongo que todas ellas interpretadas con los mismos parámetros. No sé si son muchas o pocas, pero es lo que tengo, y sólo eso. Roth hablaba de diez o veinte, o quizá seis temas. Pero seguro que, a pesar de que el pretexto sea diferente, la manera de concebir la realidad de la obra es la misma. A propósito de los «temas», existen curiosos casos de fotógrafos monotemáticos, ahora no recuerdo los nombres (y tampoco voy a buscarlos): uno de ellos se dedica exclusivamente a sus perros, y otro a su propio cuerpo; eso sí con resultados más que notables. Ciertamente, cada uno tiene su medida y sus límites…