ANTONIO PORCHIA: la mirada de Porchia, abarca el mundo. Mi mirada, no abarca el mundo, ni siquiera el mío; luego tampoco abarca el de Porchia. Mi primer acercamiento a este hombre, su mirada y sus palabras, tuvo lugar en dos mil seis. Me asombró. Seleccioné algunas de sus voces. Luego, en posteriores lecturas (apresuradas, como todo lo que hago), seleccioné más. Y más. Después, algunas más. Cuantas más veces me he acercado, más perplejidad y fascinación he sentido hacía él. Decidí hacer un experimento: comprobar hasta qué punto mis fotografías podían aproximarse a su genial lucidez. He organizado temáticamente mi selección de sus voces, a modo de un posible itinerario existencial, y luego he buscado fotografías que la acompañaran. Eso he hecho. En el intento, he comprobado que era imposible; hasta ayer mismo he incorporado más voces a las que ya tenía y cuanto más leía más inabarcable me parecía su genialidad. Al menos, con éste quimérico intento, he procurado comprender mejor su pensamiento sobre la experiencia de vivir, sobre mí y mis fotografías. De eso se trata a fin de cuentas, de saber y saber y saber; aunque cuanto más lo intentas más inalcanzable resulta lo que crees cierto.
Características del quimérico intento: –Diez voces de Porchia por día a lo largo de todo el mes de Julio, o lo que es lo mismo, trescientas diez voces y treinta y una fotografías-.
Cualquier consideración sobre el hecho de vivir en el mundo pasa por el HOMBRE: ser vivo, sensible y racional, condenado a la desaparición en un periodo increíblemente fugaz de tiempo…
VOCES de Antonio Porchia:
* El niño y el hombre, diferentes en sus dolores, son iguales en sus llantos.
* El niño se hace hombre llevado por anhelos infantiles.
* Y si llegaras a hombre, ¿a qué más podrías llegar?.
* Vemos hombres y hombres y hombres casi siempre, y sólo alguna vez
vemos un hombre.
* Es posible que el hombre exista ajeno a sí mismo.
* Casi todo lo que el hombre necesita lo necesita para no necesitarlo.
* El hombre tenía un paraíso lejos de este mundo y lo ha perdido por
quererlo acercar a este mundo.
* El hombre gira, gira hasta pararse en un punto desde donde nada espera
y…espera.
* El hombre es débil y cuando ejerce la profesión de fuerte es más débil.
* El hombre, cuando es solamente lo que parece ser el hombre, casi no es
nada.