Capítulo II.-…QUE, FRECUENTEMENTE, ME DIERON LA ESPALDA…pero eso carecía de importancia, porque lo esencial era que cada uno interpretáramos bien nuestro papel. Ellos a lo suyo: compartir y rozar sus carnes y su sudor y tal vez sus deseos, y yo a lo mío: enfocar mis viejas cámaras (quizá fui el único fotógrafo que tenía que hacerlo esa tarde, porque ahora eso ya no es necesario, según tengo entendido). Todo estaba bien así. Felices ellos, entretenido yo; aunque algo velado y entristecido sin causa. Mi estado de ánimo lo configura constantemente (como en todos, supongo), un conjunto de impulsos inestables e inciertos que casi siempre suelen sorprenderme por su imprevisibilidad. Quizá algún día les pondré un nombre a ver si así consigo controlarlos mejor. Naty, con sobrado acierto, un día lo nombró como: «Sméagol/Gollum» (por lo de la bipolaridad). Unos días toca el «bueno» y otros el «malo»…
4 AGOSTO 2011
© 2011 pepe fuentes