…Y LOS QUE NI SIQUIERA, AUNQUE SÍ SE SINTIERON MIRADOS POR ELLA, como este hombre de gesto abstraído y tranquilo. Su mirada parecía que transcendía la inmediatez que le rodeaba, pero, claro, no pude saber hasta dónde alcanzaba. La fotografía me gusta, aunque, en tardes como la del dos de julio, de disparador fácil y realidad tumultuosa, donde apenas queda sitio para la elección reflexiva, y ni siquiera para la intuitiva, no sé de quién es el acierto de fotografías tan meritorias como ésta (este mes soy un fabuloso fotógrafo, el que viene, seguramente no), si mío (lo dudo), o del inadvertido fotografiado (también lo dudo). Sospecho que no hay méritos, sólo casualidad, o tal vez alguna veleidosa extrañeza o tensión en el aíre. «La vida no es vivible sin emociones, y sólo atravesando las pasiones y no evadiéndolas se puede llegar a la más intensa emoción: el pensamiento, quizás el más radiante hijo del deseo». Jesús Ferrero
29 AGOSTO 2011
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