Después de las exposiciones nos fuimos a dar una vuelta por la ciudad. Más tarde, tomando una cerveza a la sombra, pensé un poco más en las exposiciones: Ruff muestra serie de retratos de una realización técnica asombrosa y de naturaleza desasosegante. La frialdad y la carencia de expresión, al menos aparentemente, remite a una mirada inclemente hacia el género humano que me interesa mucho. El único problema de propuestas tan estructuradas es que me cansan, a pesar de ser consciente de la seriedad y fortaleza de la serie. Se puede ser sensible o no a una mirada tan rotunda y definida, pero lo que resulta indudable es su perfecta factura y originalidad. Me pregunto cuántos retratos fotográficos son necesarios para que el propósito quede perfectamente equilibrado, dado que parte de su esencia es la inexpresividad, lo que remite al concepto de la uniformidad del ser humano, idea que me resulta muy atractiva, aunque se encuentra lejos de mi forma de hacer. Serían necesarios para conseguir la completa contundencia de la propuesta un millón?, mil millones de retratos?, o quizá sólo uno? Ese sería mi problema si se me hubiera ocurrido a mí esa idea. Menos mal que ni mucho menos.
6 SEPTIEMBRE 2011
© 2010 pepe fuentes