Más de Mauricio Wiesenthal: «El buen viajero no busca la verdad sino la belleza. Y, a veces, funde las imágenes en su recuerdo y crea una ciudad nueva…Los turistas se lanzan sobre monumentos acumulando datos, fechas, nombres, dimensiones…y olvidan lo más importante…Cada día es más difícil tener una imagen solitaria y diáfana de la Acrópolis de Atenas, sin que salga en la foto la cabeza de un turista que se considera parte del monumento. Pero es evidente que estas hordas que viajan para retratarse delante de «las maravillas del universo» ya no tienen el espíritu de Byron ni el temple de Montaigne….Qué placer puede encontrar uno profanando el dolorido silencio de la historia con una foto de la familia en camiseta o shorts». Claro Mauricio, es así, pero quizá sea fácil ponerse tan «estupendo», porque te aseguro que yo busco la belleza siempre (como si fuera un buen viajero), pero eso no me evita ser sólo un «jodido» turista; y empleo ese adjetivo, quizá grueso y nada snob, porque ahora, que no estamos en el tiempo de Montaigne, es imposible visitar ciudades y no ser turista, y sí, es en ese sentido en el que estoy «jodido», porque preferiría el tiempo de los viajeros románticos como Byron; y no, no iré nunca a la Acrópolis porque sé que no conseguiré que la desalojen de los estéticamente «molestos turistas», sólo para mí y mi Mamiya RB67.