….Para terminar con la tentativa de aproximación a la fusión (concepto muy actual) de imágenes y palabras, y más concretamente a su máxima expresión, el cine: me parece que sus fotografías, dado que están en función de una historia, y además no cesan de discurrir vertiginosamente, sólo nos sirven relacionadas entre sí, unas detrás de otras, y otras, y otras; y así hasta el fundido en negro final. Después de que la película ha terminado, si ésta contiene belleza plástica o fotográfica, sólo nos queda el estupor de las emociones sentidas mientras seguíamos la narración; y si la historia literaria nos ha llegado al corazón, eclipsará, muy probablemente, la belleza estética que contenga. Esta innecesaria reflexión sobre la fotografía sola, la fotografía con palabras: diarios, publicaciones ilustradas, libros, cromos, estampas…, y la fotografía cinematográfica, con muchos ingredientes creativos acompañándola, me asalta por el malestar o las dudas de las que hablaba el martes pasado, que me aturden incesantemente. En estos tiempos ¿está la fotografía en crisis, o la crisis soy yo? Quizá otro día siga con todo esto.
24 SEPTIEMBRE 2011
© 2011 pepe fuentes