30 SEPTIEMBRE 2011

© 2010 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2010
Localizacion
París (Francia)
Soporte de imagen
-120 ILFORD HP5 1600
Soporte de copias
ILFORD MULTIGRADO BARITADO
Viraje
SELENIO
Tamaño
28 x 35 cm
Copiado máximo en soporte baritado
1
Año de copiado
2013
Fecha de diario
2011-09-30
Referencia
4897

…Otro aspecto en el que mi vida se diferencia sensiblemente de la de mi abuelo Salvador, es que, por alguna extraña razón, siento la necesidad de observar y actuar ante lo que aparece delante de mí y me alude de algún modo; sólo cuando llevo mi cámara conmigo, porque si no, tampoco. Para él eso no tenía demasiado sentido; pero claro, no tuvo tiempo de pensar en ello y tampoco posibilidades. Yo, su nieto, afortunadamente, he encontrado tiempo y espacio para poder sentarme en un escalón de una magnífica puerta barroca, en París, con mi RB67 entre las manos, y permitirme mirar y mirar durante bastante tiempo, intentando -ver- lo que sucedía y no sucedía delante de mí. De pronto, cuando me pareció ver, actué. Ese infinitesimal momento es el -momento-. Único e inigualable. Esta fue la fotografía. Ninguna otra era necesaria en ese momento. Dan igual los estilos, si ya existe la imagen o no, el arte fotográfico, las corrientes imperantes, lo moderno o lo clásico, la realidad o la abstracción, los mensajes o los discursos ensayísticos. Es tan sencillo como sentarse a mirar, y sentir que se ha visto (si es cierto o no, es lo de menos), lo que importa es el momento orgiástico de la sensación de la «visión». Ese es el placer y el único sentido razonable del arte: que el «artista» viva el «hecho» como ineludible porque nace de lo más íntimo de sí, y además con placer (el dolor no es necesario). A mí me da igual que esta fotografía sea artística o no; lo importante es que cuando la percibí y la realicé sentí el sueño de la visión estética y enigmática dentro de mí como ineludible. Lo demás, carece de importancia, y especialmente el arte y los artistas que hacen desde la razón y, sobre todo, si lo acompañan de la funesta costumbre de explicarlo, porque en ese caso, como diría Cioran, no es otra cosa que agricultura. Curiosamente, a lo que se dedicó mi abuelo toda su vida, por lo que, en esencia, todo se parece bastante.

Pepe Fuentes ·