«No creo que me interesaran tanto los franceses, si no se hubieran aburrido tanto a lo largo de su historia, pero el aburrimiento está desprovisto de infinito…En cierta medida, las catedrales francesas son compatibles con el buen gusto. No abusan de la arquitectura: no la comprometen con la búsqueda del infinito…El infinito carece de lugar en el paisaje francés. Las máximas, las paradojas, las notas y las tentativas, sí…Francia está desprovista de la faceta irracional, de la posible fatalidad». E. Cioran (De la France, 1941)
30 OCTUBRE 2011
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