…y hoy, como no podía ser de otra forma: SURREALISTA. Lo cierto es que, desde que murió André Bretón, que era el aduanero de las cosas surrealistas, creo que nadie está en condiciones de determinar lo que es surrealista y lo que no (él tampoco, pero no lo sabía). Los entendidos pueden opinar, y el resto del mundo también, y hasta yo puedo hacerlo, aunque me disguste porque, a fin de cuentas querría ser como él (Breton): «Sin ninguna afectación, puedo decir que la menor de mis preocupaciones es encontrarme consecuente conmigo mismo». No sé si esta fotografía es surrealista o sólo ocurrente. Entre el surrealismo y el ocurrencismo (neologismo que me acabo de inventar) no hay fronteras; sólo las que pondría Breton, pero ya se ha muerto, así que, no sé, no sé…
3 NOVIEMBRE 2011
© 2008 pepe fuentes