Hola Jackie. Como me viene ocurriendo últimamente, llego con unos días de retraso: tu cumpleaños, el diecisiete, y este diario y yo, en otra cosa, terrible y sentida, que empecé y debía terminar. Si has seguido el diario de estos últimos días me entenderás; tú también conociste a J., y sabes que era una persona tranquila y amable que merecía un relato (aunque sea mío). Tú también mereces un relato, y más, como todas las personas nobles y generosas que se entregan a los demás. Por mi parte intento cumplir con ese propósito con mis pequeñas cartas de felicitación. Cada año. Si consigo vivir muchos, al final será un montoncito que abultará un poquito. Mejor eso que nada. Mejor hacer que no. Además de los abrazos (esos que no podemos darnos con frecuencia), lo que nos calienta el corazón es sabernos presentes en los que nos importan, y también los recuerdos de lo vivido; sobre todo porque los acomodamos a nuestro gusto y felicidad. Sin embargo, lo escrito, es un arma peligrosa porque se corre el riesgo de resultar ridículo pasado mañana; o no, o todo lo contrario, porque si es sincero y sentido, siempre lo tendremos al alcance de la mano y, tal vez, lo disfrutaremos. Yo, prefiero correr el riesgo del ridículo porque –mejor hacer que no-. Y, de paso, que al menos una vez al año, nos tengamos especialmente presentes, para no olvidarnos de lo que en el fondo del corazón significamos los unos para los otros. He dudado de qué fotografía tuya quería que acompañara esta carta y, finalmente, me he inclinado por ésta, que, aunque apareces detrás de Emma, simboliza y dice todo sobre tu inmensa capacidad para crear belleza y tu entrega y generosidad para que crezca plena de vida y posibilidades. Aunque pueda identificarse con un hecho natural, ley de vida, dicen, a mi me parece que es mucho más, porque hay que tener mucho talento para hacer las cosas bien, y tú las haces. Estoy seguro y convencido. Nos acordamos de ti, te tenemos presente y ya se nos está haciendo tarde para volver a darnos un abrazo de los que calientan el corazón. Un beso fuerte de Naty y mío.
22 ENERO 2012
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