23 ENERO 2012

© 2005 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2005
Localizacion
Toledo (España)
Copiado máximo en soporte baritado
2
Fecha de diario
2012-01-23
Referencia
937

…Miércoles, once de enero. Misa de novenario por J.. Así se llama, al parecer. Comenzó puntualmente a las diecinueve treinta, como estaba previsto. Asistencia: en torno a cien personas. Prolegómenos, los de siempre. El cura, un tipo de fisonomía parecida a la de Francis Ford Coppola, hace veinte o treinta años. Nada más empezar el sermón, se lanzó a afirmar que el cristianismo no es una religión tal y como se entiende normalmente, porque sería más o menos como las demás, y no, de ninguna manera. Las otras religiones tienen algunas cosas que están bien, pero a fin de cuentas son invenciones de los hombres: «creaciones de la razón» -dijo-. Sin embargo el cristianismo es otra cosa: «un acontecimiento, divino» -afirmó-. Me animé mucho porque, por un momento, pensé que por fin me iba a enterar de toda la «verdad«, y que el carismático cura iba a dar «caña» de verdad a las otras religiones, por falaces y embaucadoras. ¡Qué se habían creído, ahora verán lo que es bueno!, -pensé-. Pero que va, nada de nada, el cura se engolfó en lo mismo de siempre: las curaciones milagrosas, la resurrección de la carne, el encuentro con Dios después de la muerte y todo eso. Ninguna novedad en el púlpito. Sin embargo, a quién sí dio «caña» fue a los descreídos como yo; más o menos, vino a decir que los que no creemos en Jesucristo somos unos pobres desgraciados que tendremos vetada la alegría y la felicidad hasta que no cambiemos de actitud y nos entreguemos en cuerpo y alma a la causa católica, único credo (o acontecimiento) verdadero. Desasistido de la gracia de la fe, y rodeado de más cien personas agraciadas con ella, y con un animador echándome la bronca, me sentí culpable de intromisión. Deseaba que terminara pronto, antes de que me descubrieran. Siempre que entro en una iglesia me pasa lo mismo, siento miedo a que me pillen y me echen, o incluso que me detengan por allanamiento y, aunque siempre me porto bien, consideren que mi ocupación no tiene justificación posible…

Pepe Fuentes ·