24 ENERO 2012

© 1983 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
1983
Localizacion
Toledo (España)
Soporte de imagen
-120 MM.- TRI X 400
Copiado máximo en soporte baritado
2
Fecha de diario
2012-01-24
Referencia
128

…Aunque, en este caso, yo estaba allí por J. y por Naty, luego mi asistencia estaba justificada y era inexcusable. Terminaron los rituales y los consejos y llegó el momento de que los muchos amigos de J. nos ofrecieran sus condolencias. Resultó muy emotivo y especialmente duro para su mujer y su hija. Para mí menos, porque apenas si conocía a alguien. Además, naturalmente, no perdí la oportunidad de hacer el ridículo. Fue así: un tipo bastante mayor, al que recordaba (era capitán del ejército en el cuartel donde hice la «mili«), se me plantó delante, me miró fijamente y se dirigió a mí.
-Él: how are you?, I am sorry about your stepfather
-Yo: callado. Le devolví la mirada; amable, pero con gesto perplejo.
-Él: I am a soldier and I worked with J. during many years at the Academy.
Yo: callado. Mi mirada se tornó angustiada -no le entendía absolutamente nada-
Él: lately we also often met in the neighbourhood.
Yo: callado. Mi expresión ahora era francamente molesta. No sabía qué hacer con el tipo. Pensé que, después de la primera frase se iría, pero no, estaba dispuesto a entablar una larga conversación conmigo. Luego supe por qué, el tipo tartamudeaba en español y no así en inglés, luego no quería perder la oportunidad de lucir un infrecuente verbo fluido. 
Él: how is it in England? Do you come often to Spain?
Yo: callado. (me estaba confundiendo con Bob, el marido inglés de la hermana de Naty). Incapaz de despegar los labios, no pude aguantar más, tiré de la manga de Naty y le señalé con el dedo, como diciéndola, –di algo a este señor, que me está molestando-. Naty se hizo cargo de la situación y lo solucionó inmediatamente: le dijo, en español, ¡Pepe no habla inglés! El señor se marchó a toda prisa algo azorado.
El carismático cura, harto ya de nuestro rollo y de prestarnos cobijo (fuera hacía mucho frío), se impacientó y nos conminó a que abandonáramos la franquicia (divina, naturalmente), porque había quedado y tenía que cerrar.

Pepe Fuentes ·