Paul Valery dijo: «Todos estamos destinados a ser tediosos». Tenía razón, es una afirmación irrefutable. No me cabe ninguna duda que yo lo soy para todo el mundo. Abrumadoramente. Me lo noto y me lo hacen notar enseguida. Por mi parte, no puedo evitar que ellos me despierten a mí el mismo sopor. Cuando estoy con alguien percibo unas vaharadas de tedio que hacen que el aire entre nosotros sea irrespirable. Nos tenemos que separar enseguida, so pena de caer fulminados por falta de oxigeno o simplemente dormidos. Sin embargo, a mí, solo, no me pasa. Afortunadamente estoy encantado con la relación tan fluida y entretenida que mantengo conmigo mismo. No me aburro jamás a solas, me lo paso estupendamente siempre, a todas horas. Al menos, por el momento. Una de las razones es que soy descarnadamente consciente del poco tiempo que me queda y de lo mucho que aún tengo por hacer, sobre todo, intentar paliar mi gran déficit de placeres y risas…
16 MARZO 2012
© 2012 pepe fuentes