…El Fotógrafo, tiene su titubeante memoria trabada por alguna y oscura atadura a estos lugares resquebrajados que ni siquiera son memoria. Quizá el fatídico influjo que tienen sobre Él se deba a que siente la intensa sensación de
haberlos habitado todos, hace poco y mucho y tiempo a la vez. Esas paredes y puertas carcomidas forman parte de su historia emocional, y de su piel, y de sus vísceras, y de sus ojos, y, entonces, se acuerda de unos versos de Antonio Gamoneda y sonríe complacido: «Son los desvanes de la infancia. Estoy atravesando el olvido»…
24 ABRIL 2012
© 2012 pepe fuentes