…Partimos animosamente hacía la inmersión «social» donde todo sería
perfecta y aburridamente previsible. Temía. El evento duraría un tiempo que ya no tengo; nada menos que cinco días. Ingenuamente deseaba que fuera leve e incluso amable. No me venía bien, como siempre en estos casos. -En fin, si hay que hacerlo se hace y punto- me dije resuelto…
3 MAYO 2012
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