…Florentino recordó el punto donde aún se encontraba entero y le quedaron fuerzas para colocarse allí, en el centro, deseando que hubiera algo más de luz y calor y así recuperarse y volver a florecer. Pero no, Florentino el Marchito sabía muy poco de la inexorabilidad y de los destinos aciagos y ciertos. Nada más
llegar a esa posición, trémulo y muy debilitado ya, entró una ráfaga de aire helado por la ventana sin cristales, y Florentino se tambaleó agónicamente durante unos instantes, poco antes de derrumbarse.
17 JUNIO 2012
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