ÉRASE UN HOMBRE QUE HUYÓ PARA OLVIDAR. Y NO LO CONSIGUIÓ:
Constancio es un hombre cansado. Se acuesta cada noche tremendamente agotado porque dedica el día a recordar y recordar las ridículas actuaciones de su vida. ¡Y son tantas y tantas! A la mañana siguiente se siente descansado y vuelve a empezar de nuevo. Pensó: –quizá si cambio de sitio, podré liberarme de mi pesado pasado y así mi vida, vaciada ya de contenidos perniciosos, sólo mirará hacia el futuro-. Constancio, tan perseverante en todas sus cosas, guardó en su maleta lo que creyó necesitar y miró con determinación hacia delante…
24 AGOSTO 2012
© 2012 pepe fuentes